miércoles, 27 de febrero de 2008

Scarlett

Verás mi silueta dibujada en la nieve, no mi cuerpo pues nunca ha estado a tu lado. Mi silueta solamente, es lo poco que has necesitado. Con eso eras feliz, yo no; yo me desquebrajaba, me reflejaba en mil espejos, pero nunca estaba al completo porque no lo quuerías.

Sufre tú ahora; rómpete en diez mil pedazos. Yo no te recompondré. No ahora que por fin soy feliz aunque no sea junto a ti.

La sangre cae
No pesa, fluye

La nieve ahora sí
Densa, cetrina...huye

jueves, 21 de febrero de 2008

Memories

El otro día me sumergí en un océano de notas, recuerdos, momentos y flashes de acontecimientos. Recordé que en alguna parte de mi archivo papelístico estarían algunos de los poemas, si es que así se les puede llamar, que escribí años atrás.
Encontré dos. Uno de ellos databa de febrero de 2004 y el otro no tenía fecha. Curioso pues que los escribiese con 15 años y que aún los guardase.

Me los volví a leer, y miles de sentimientos me invadieron. Recordaba porque había colocado cada vocablo en su correcta posición en el pentagrama. No eran una maravilla pero me ha desconcertado saber que en 4 años sigo obsesionada con las mismas cosas; pensaba que a estas alturas de la obra ya las tendría más que superadas.
Recuerdo los motivos por los que escribí cada texto y la influencia que ciertos aspectos habían proyectado en los escritos.

Copiaré por el momento el que tiene fecha. Curioso que ni firmaba, cosa que hoy en día se me hace impensable cuando escribo algo.

"¡Oh niña de frágil figura!
Niña de lágrimas de vidrio
que tras la jaula oscura,
las lágrimas te arañan los ojos.
La sangre cae a borbotones.
Pero esa sangre que te enjuagas
con tus lánguidos brazos,
no es más que el alimento de unos pocos.
Tras esos ojos de hielo,
las lágrimas teñidas de carmín,
te piden que no olvides
al que te encerró en esta guarida
que ahora es tu lecho.
Pues si estás sola en la trena,
no es por el descuído de una bestia,
sino por las cartas que juega el destino.
La tuya, la de la soledad,
la suya, la eternidad."

Cuando escribí el "poema" recuerdo que lo escribí no solo pensando en "lo que siempre me reulle del pensamiento diurno", sino también inspirada en cierto modo por dos imágenes que casi había dado por perdidas, pero que he seguido guárdando en una parte de mi ordenador.


martes, 19 de febrero de 2008

Klêidouchos


Los secretos arden.
En un laberinto de escamas.
No me dejes entrar.
No me dejes salir.
No me intentes tocar.
No aquí.

Invierno. Sí.
Aquí, a mi lado. Sin tí.
Con los bendajes helados.
Mis lágrimas de hielo
No las quiero, son tuyas.
Te las devuelvo. Sin crofres.

No quiero que se deshagan.
¡Arráncalas!
Que dejen cicatriz, un eterno sufrir.
Yo soy mi cicatriz.
Tú la señal que duele, que se marcha.
Eso me basta.

Las horas nacaradas
No corren.
No puedo escaparme.
No contigo, tormento.
Mi realidad instrasnsferible, herida
La invades. Se rompe y no hay cuento.

Mi vida arañada por tí, por mí
¡Devuélvemela!
Ya no me da miedo mirarme en la luna,
paseante nocturna.
Todos los deseos poseen ojos.
No los tuyos.

Mira otro lago si quieres,
yo me sumergiré en las profundidades.
Por tí, pereceré.
Libre.
Eterna jamás. No.
No así. Sin alma aquí.