miércoles, 15 de abril de 2009

No hay puertas tapiadas

Soñaba que me abrazaban tus ojos,
Que las olas repicaban en mi ventana,
Y así día a día se marchitan mis manos.

En este cuadro ya no quedan colores,
Se esfumaron cuando los miraste,
Y ahora, son tus ojos las pinceladas de mi vida.

Ya no hay gotas de lluvia que calmen mi dolor,
Ni cicatrices que me recuerden quien soy.

Así que, vivo con la esperanza
De no borrarme de tu recuerdo,
Y que pintes mi cara con el arcoíris de tu mirada.

Soy la mujer que vive mil y una vidas
Y con ninguna se identifica ni termina.

Las máscaras son el compas de mis días,
La verdad tejida con carmesí en las mejillas.